La participación de Estados Unidos en la Primera Guerra Mundial marcó un punto crucial en la historia del país y su papel en el escenario internacional. Hasta 1917, Estados Unidos había mantenido una política de neutralidad, pero diversos factores, como el hundimiento de barcos estadounidenses por submarinos alemanes y la interceptación del infame Telegrama Zimmermann, llevaron al país a unirse a la contienda del lado de las Potencias Aliadas.
La movilización de recursos, la implementación del reclutamiento masivo y la contribución económica desempeñaron un papel crucial para fortalecer la capacidad de combate aliada. Las tropas estadounidenses, conocidas como los “doughboys”, se desplegaron en el frente occidental y participaron en batallas clave como la del bosque de Belleau y la ofensiva de Meuse-Argonne.
Este periodo transformó la percepción de Estados Unidos en el ámbito internacional y sentó las bases para su futura participación en conflictos globales.
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