Durante la Guerra de los Cien Años, la infantería inglesa se convirtió en una fuerza formidable y altamente disciplinada en el campo de batalla. Los arqueros eran una parte importante del ejército, y se destacaron en la Batalla de Crécy, donde su habilidad con el arco largo fue fundamental para la victoria.
Los soldados de infantería usaban armaduras y llevaban una gran variedad de armas: hachas, espadas y lanzas. También eran conocidos por su formación de “flechas”, una táctica de combate en la que los soldados se agrupaban estrechamente para protegerse mutuamente y desatar un ataque coordinado.
Contiene 45 soldados sin pintar (21 arqueros de arco largo)
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