A pesar de no estar involucrados activamente en el conflicto, los estadounidenses aprendieron muchas cosas relevantes de las primeras ofensivas de la Segunda Guerra Mundial, especialmente de la táctica alemana de Guerra Relámpago (“BlitzKrieg”). Las concentraciones masivas de carros empleadas por los alemanes hicieron comprender a los generales americanos que era necesario el desarrollo de armas antitanque que sirvieran como barrera efectiva ante estos ataques. Para este fin se solicito el desarrollo del M10.
Casi 5.000 unidades de M10 Destroyer, fueron construidas a lo largo de la guerra (entre 1942 y 1944). El M10 montaba un cañón M7 de 76,2mm en una torreta giratoria (de techo abierto) que se apoyaba en un chasis modificado de un Sherman M4, tenia un blindaje frontal de 50 mm y podía alcanzar una velocidad máxima en carretera de 50 km/h.
El M10 Destroyer resulto muy eficaz en la lucha en el Norte de Africa contra los carros medios alemanes Panzer III y Panzer IV y, a pesar de quedarse obsoleto frente a los carros mas modernos usados por los nazis en la segunda mitad del conflicto, continuó en servicio hasta el final de la guerra.
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