Inicialmente concebido como un arma antiaérea, el Flak 37 de 8.8 cm (o Ochenta y Ocho, según lo conocían las tropas aliadas) contaba con una alta velocidad inicial que le permitía alcanzar las elevadas altitudes a las que los bombarderos modernos podían ascender en ese período. Esta característica lo convertía en un arma antitanque excepcionalmente letal, lección que muchas tripulaciones de tanques aliados aprenderían a su pesar. Además, el 88 también podía desplegarse como una pieza de artillería convencional; como expresó un soldado raso, el 88 era ‘anti-todo’…
La temida reputación del 88 se acrecentó de manera significativa durante su servicio en el Desierto Occidental, donde se erigió como una de las escasas armas capaces de enfrentarse a los tanques de infantería británicos Matilda II.
Capaz de disparar con precisión incluso mientras permanecía acoplado a sus carros con ruedas, perforando placas de blindaje de hasta 108 mm de grosor a distancias de hasta 1,100 yardas, el 88 podía desplegarse por completo sobre su plataforma de fuego cruciforme y estar listo para disparar en aproximadamente dos minutos y medio.
Muchos 88 estaban equipados con un extenso escudo de pistón, aunque en el desierto abundaban los ejemplos en los que prescindían de dicho accesorio.
En el wargame Bolt Action
Utiliza el Flak 37 de la misma manera que lo hizo Rommel en el Desierto Occidental, estratégicamente ubicado con un campo de fuego amplio, lo más distante posible de las unidades enemigas y bien fortificado. Emplea el cañón antitanque superpesado sobre una plataforma giratoria para despedazar el blindaje enemigo a distancias considerables. ¡Con la incorporación de un observador en una posición de despliegue avanzado transmitiendo coordenadas, nada quedará a salvo!
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