Los caballos fueron introducidos en el Japón antiguo a finales del siglo V, llegando desde el continente. Eran unos animales muy valorados y reservados a los nobles (bushi).
Los Samurái montados recibían un entrenamiento específico para el combate a caballo, tanto con espada, lanza o arco. El caballo, por su parte, también era entrenado en el arte de la guerra de tal manera que su comportamiento y movimiento se sincronizará de manera perfecta con su jinete.
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