En julio de 1940, dio inicio la Batalla de Gran Bretaña, denominación de la operación militar alemana destinada a conquistar el espacio aéreo en el sur de Inglaterra. De acuerdo con el comando alemán, el propósito era minar la moral del pueblo británico. Para resguardar el espacio aéreo sobre las ciudades principales, los británicos emplearon globos cautivos con cables tensos. La Luftwaffe, para superar estas barreras, utilizó aviones modificados con estructuras de acero especiales equipadas con cortadores, también conocidos como paravanes, similares a dispositivos de protección contra minas marinas. Entre los aviones adaptados se encontraban los bombarderos He 111, específicamente la variante He 111H-8. Pilotar estas aeronaves resultaba desafiante, dado que la estructura masiva del paraván afectaba negativamente las características de vuelo. Durante 1941, algunos de estos aviones se perdieron y los restantes fueron posteriormente empleados como bombarderos convencionales.
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